miércoles, 20 de mayo de 2009

Alí Primera y yo, Por Sol Musset

Alí y yo

Sol Mussett

Nos conocimos el 10 de marzo en Barquisimeto en el aniversario del programa “Los venezolanos primero”, organizado por Gerardo Brito, que trasmitía Radio Lara.Había ido a cantar representando al estado Portuguesa, con Manolo Aldana, de Barinas. Mi hermano Rafael había intervendio también. Estábamos representados por mi hermano Jorge. Esa noche, recuerdo, canté La Paraulata, Alfonsina y una canción dedicada a Barquisimeto. Luego de cantar, Alí se acercó a mi hermano Rafael para que nos presentara, que le había gustado mucho como cantaba y quería impulsar un disco mío. Nos presentaron. Me reiteró su gusto por mi voz. De allí fuimos a un restaurant.

 

Recuerdo que esa noche él estaba con una muchacha muy linda que para época era su novia. En la cena me hizo apartar de los demás y de cuclillas frente a mí acompañándose con la guitarra me cantó primero La piel de mi niña, luego con el cuatro Mama Pancha y con la guitarra Los dos pichones morenos. Al despedirnos, mi hermano le dio nuestra dirección y teléfono. Dando por un hecho que Alí sabía que vivíamos en Acarigua. Qué fue lo más me llamó la atención de él? Sus ojos…su mirada que me pareció sincera, intensa, noble. Me conmovió su ofrecimiento por grabarme un disco.

Un mes después me llamó Gerardo Brito, hoy nuestro compadre por su hijo Gerardo Alí, y me dijo que Alí lo había llamado pidiéndole información sobre mí. No me había ubicado ni por teléfono ni por cartas. Las cartas se las devolvían y y el teléfono no contestaba. Gerardo chequeó teléfono y dirección. Estaban correctos…pero para Barquisimeto, y no para Acarigua¡ Yo, que estaba convencida que lo había impresionado, y estaba ya angustiada por no tener reacción de él, me sentía desilusionada…No sabía de ese equívoco inicial. Aclarado, comenzó a llamarme ... Mi papá recibía las llamadas: me llamaba Alí Primera. Creía que era por el disco. Recibí los discos por correo, hasta entonces seis, el último Canción Mansa. Mi papá, adeco empedernido, recibió muy honrado los discos. Pero un amigo le aclaró: “Ese cantante es comunista.” Eso bastó para que perdiera todo interés y simpatía por él: no me pasaba sus llamadas y me decía que no quería que me enamorara de un comunista. A todo esto, y casi sin verlo, yo estaba enamoradísima de él. ¡Comenzó una odisea inolvidable¡ Pedía un carro prestado a un amigo, pasaba por casa y me tiraba besos. Yo trabajaba como maestra en colegio de Fe y Alegría. Gerardo Brito, cómplice, nos hacía coincidir en los actos (siempre acompañados por mi hermano Rafael.) Coincidmos en Duaca cantando, en noviembre del 77 y por fin em dijo que estaba enamorado de mí, todo muy convencional, muy antiguo, muy alejado de su meomento y su personalidad aparente tan informal. Me aclaró que era muy celoso…y desde ese momento no podía estar sino con mis hermanos, en cualquier acto. Así comenzaron nuestros amores, conocidos por mi familia, menos por mi padre. La prensa informó a mi padre de “nuestro tórrido romance”. Me prohibió asistirá actos y Gerardo Brito salió mal parado¡ Hasta me prohibieron ir a su cumpleaños¡ Alí y yo habíamos planeado vernos allí. Alí me ratificó intenciones y sentimientos en otra carta. Quería hablar con mi papá. Las llamadas tenían una clave para yo atender, el acoso de papá era constante. Hasta pensé meterme a monja en Barquisimeto si no consentía nuestros amores. El 22 de diciembre me llamó: pasaría por casa. Yo estaba allí, de punto. Cruzó los brazos, me dijo: “Te amo mucho, Dios te bendiga.” Me hizo señas que me llamaría…

  En enero de 1978, día de mi cumpleaños, el 5, me dijo, por teléfono que ya “no aguantaba más”. Que el 11 de enero, contra viento y marea, y papá, hablaría con él. ¡Mis hermanos y mi madre comenzaron a trabajar a favor de nuestra causa¡ Hasta las monjitas de Fe y Alegría hablaron con mi papá rogándole aceptara a Alí, todo esto llevó a papá a aceptar la cita con él. Todo era excitación¡ Pero ese día había un acto de solidaridad con Salon Meza y dos días antes Alí me llamó para decírmelo. “Ves?”, me preguntó papá. “Así son los comunistas, dejan todo por su causa. No le doy otra oportunidad”. Mi mamá se puso en huelga de hambre en esos días en absoluta solidaridad. Yo compartía su solidaridad por la causa…mi madre con la de él. Por fin, el 18 se cumplió la cita¡ A la una y media de la tarde llegó Alí¡. Cuando papa lo vio, me dijo: “Nena…ese feo es del que estás enamorada? Ese es tu muñeco?” Hablaron por más de cuatro horas. Mi papá exigió que nos casáramos lo antes posible, porque no le gustaban “los amores madure cambure”, esos de besitos y agarraderas de mano. Alí sugirió el 10 de diciembre. Mi papá asintió. Pero puso una condición: visitas en el porche sólo los domingos…Ni siquiera podía brindarle un vaso de agua.

Para el mes de marzo ya papá le decía “ese muchacho” en vez de “ese comunista.” Pero esas visitas eran más para mi madre, quien ya por su artritis deformante estaba casi paralítica…El la peinaba, la besaba, le cantaba, …le acariciaba su manos. Después le compraría su silla de ruedas. Su amor y bondad  hicieron cambiar a mi papá…comenzó a quererlo. Un sábado, contra las reglas, Jorge lo trajo. Papá me preguntó si Alí venía. “Por supuesto¡”—asentí. Llamé a Alí. Y por primera vez Alí entró en nuestro hogar. De lejos, pudo ver mi cuarto.

A instancias de mi padre, cociné con la ayuda de mi hermana, más necesaria que nunca porque todo se me olvidó. Mi padre siguió sorprendiéndonos: abrazó a Alí…después de cenar le bendijo..y le brindó un trago de ron, cuidadosamente guardado¡ Alí se emocionó tanto que saltó a besarme: “Qué bueno, mi vida, ya tu padre me quiere¡” Desde ese  momento todo fue más hermoso, más fácil para nosotros. Me prohibió que siguiera trabajando, era muy, pero muy celoso.

En abril le dijo a mi padre que debíamos adelantar la boda porque en julio viajaba a Cuba y no quería irse sin mí. Una faringitis impidió el viaje. Ahora pienso que fue una treta de él. ..papá que no quería esa boda tan rápida, pensaba que podía “perderlo.”Alí le aseguró que por el contrario, tendría otro hijo. Así fue.

El 17 de junio nos casamos por civil: testigos, Gerardo Brito y su esposa, Julio Valero y Olga. El 24 de junio por la iglesia. Shimpi, su hija mayor, (La piel de mi niña…) vino de Suecia con su hermano menor, Marima, y una hermana por parte de su madre. Nos fuimos a Paraguaná de luna de miel…con las tres¡

Casados, Alí no me dejaba un momento. ¡Hasta para sellar un cuadrito, me llevaba¡ En noviembre de ese año viajamos a Europa…¡con las tres niñas¡ pasamos por Suecia y las dejamos. De allí nos fuimos a Roma. Al salir de Suecia ya sabíamos que en mi vientre viajaba otro pasajero: ¡Sandino! Si Suecia fue lindo, Roma lo fue más. Una comunicación mágica nos acompañaba en una aventura de amor y felicidad. En los restaurantes cantábamos con gente desconocida, en la madrugada recorríamos las calles cantando…La última noche, arrivederchi Roma…Nos dolía dejar esa ciudad en la que parecíamos compartir un mundo irreal de sueños y alegrías…

De allí a Florencia. Cuando paseábamos, donde Alí veía un olivar arrancaba las olivas para yo comerlas. Comenzaban los antojos…de aceitunas…Al regresar a Venezuela, cantamos en un acto el 2 de diciembre en Maturín.

El 17 de marzo de 1979 nació a las 3 pm Sandino. Creció más el amor de Alí…nunca dejé de tener una barriga. Vinieron Servando (27.8.1980), Florentino (31.8.81)…Juan Simón (11.11.84.) También compartimos con Jorgito, su hijo en otra compañera, las vacaciones en Falcón. Shimpi,  de regreso de Suecia, (1979) vivía con nosotros.

Era un padre atento y maravilloso. Me protegía íntegramente, él escogía mi ropa, cuidaba de detalles insignificantes que su angustia hacía grandes cosas. Era un afán de protección, como si temiera perder por un segundo el control de su mundo íntimo. Eso ha contribuido a acentuar mi soledad, aun cuando la disimulo por el tremendo compromiso que significa ser la heredera del bienestar de sus hijos, de los nuestros y de los de todos esos seres queridos que lo sienten como suyo. El no me enseñó a vivir sin él.

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Tomado del libro de Andrés Castillo y Grisel Marroquí: Alí Primera: A Quemarropa, Caracas, Fondo Editorial Febrero Rebelde, OPSU, p. 92,93 y 94.

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